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La Familia Eguren está directamente vinculada al cultivo de la vid desde 1870 gracias a que el tatarabuelo de Vitorino, Anastasio, oriundo de Bergara y comerciante chocolatero de profesión, se enamorara de Estéfana y abandonara los verdes valles guipuzcoanos para asentarse en San Vicente de la Sonsierra.



El destino quiso que el mismo curandero que sanara a una de las hijas del matrimonio, Pascasio Pangua, pasara a ser cuidado y acogido por la Familia Eguren en sus últimos años; éste, en agradecimiento, legó sus viñas a su familia de acogida.



De la mano de Trifón, el primogénito de Anastasio y Estéfana, y su mujer, Ascensión, empieza así la tradición vitivinícola de nuestra familia, que consistía en trabajar las viñas y vender después el vino de pueblo en pueblo. La tercera generación vinatera de la Familia Eguren estuvo representada por Amancio Dionisio Eguren y su esposa, Natalia Mendoza. La cuarta, por los padres de nuestro alma máter y fundador, Vitorino Eguren Mendoza y Rosario Ugarte, a los cuales les sobrevivieron cinco hijos: Natalia, Guillermo, Vitorino, Gloria y Blanca.



La quinta generación, la actual, la encarnan Vitorino Eguren Ugarte y su esposa, Mercedes Cendoya, que construyeron la bodega. Ambos representan el nexo entre la tradición de los ancestros y el emprendimiento mediante la comercialización y la apertura de miras. La sexta generación, que hoy por hoy trabaja junto a la quinta, está encabezada por los tres hijos del matrimonio Ugarte Cendoya: Koldo, Asun y Mercedes. Los tres representan la tradición y el espíritu de agricultor innovador e internacionalizado, y se han convertido en “hacedores de vino” de calidad para el mercado global.